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lunes, 30 de mayo de 2011

A lo mejor ya ha dejado de estar mal

Este fin de semana ha transcurrido con normalidad la duodécima edición del Gazpacho de asociaciones en Minas de Riotinto. Sol, cervezas, música, tapas, ambiente, risas, botellón, chuches, bailes... Todo dentro de lo esperado, una fiesta como otra cualquiera. Aunque en todos sitios hay gente que desentona.

Llega el momento clave, domingo por la tarde, y delante del escenario, donde suena música que ameniza los festejos, aparece un hombre borracho sin camiseta y con la espalda ladeada (no sé si por el alcohol o por enfermedad). Dicho señor hace intentos de bailar moviendo su cuerpo de forma descoordinada, casi poseído, en la pista de baila bajo la atenta mirada de decenas de espectadores. Todos los allí presentes, como es normal (¿normal?), reían y disfrutaban de show, que no todos lo días se puede uno mofar de un alcohólico. Los más peques lo imitaban y se lo pasaban en grande; los adolescentes se partían de la risa, quién es capaz de aguantársela; y los mayores lo comentaban entre risillas pero no le daban más importancia. La gente permanecía alrededor contemplando el espectáculo vespertino, imperdible. El hombre este se acerca a sus fans y estos corren como si de un monstruo de feria se tratase; continuaban riendo. Y ya cuando se cae al suelo es el momento culmen, empezan a aparecer móviles para congelar este memorable día. No se imaginan lo gratificante que humillar a una persona, y más si tiene problemas con el alcohol; en serio, no pueden hacerse una idea.

Pero vamos a ver... ¿dónde está la dignidad personal? ¿Dónde coño está el humanismo? Aún no me termino de creer cómo la gente se ríe de un enfermo. ¿En serio no se dan asco? No doy crédito a lo que he visto. No pido que nadie se acerque al hombre y lo lleve a su casa a acostar o le ayude de alguna manera, pero de ahí
a que se burlen de él me parece demasiado. Ni un solo padre o adulto que le dijese a lo niños, por lo menos a los niños, que no está bien reírse de una persona; a lo mejor ya ha dejado de estar mal. ¿No quedan ya valores o unas normas morales mínimas en el mundo de hoy? Si de verdad lo de hoy es la puesta en práctica de una moral que nuestros padres nos han dejado en herencia y nuestros profesores, como educadores también, nos han transmitido, gracias pero dejo de creer en esto, apago y me voy. Espero no volver a presenciar esta repugnante escena nunca más y les deseo a todos los risueños que vieron el show que no tengan que pasar por esta humillación jamás, porque nadie la merece, aunque parece que tienes que vivir las cosas para darte cuenta de su importancia y valor.