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domingo, 27 de marzo de 2011

Miles de maneras

Ya ha comenzado la carrera. Miles de millones de plantas y árboles emprenden un corto e intenso trayecto para crecer, expandirse, reproducirse y vivificar el paisaje en el que se hallen. Ahora se adornan los balcones de preciosos y coloridos trocitos de vida, ahora salen de nuevo los animales de sus refugios invernales, ahora las tardes se hacen más largas, ahora vienen las lluvias en días de calor, humedad asfixiante.
A partir de estos días las fiestas aumentan como la espuma de una cerveza en lata movida. Las chicas están ansiosas por llevar puesta camisetas escotadas y prendas finas, casi translucidas, que se adhieran a su piel y resalten sus delicadas e insinuantes líneas. Los chavalitos, a cada cual más gallito, ya no aguantan más sin poder exhibir sus brazos y sus torsos marcados por una musculatura, a veces artificial, con la que embelesarán, creen ellos, a las chiquillas.
Empieza a apetecer salir de casa, respirar el aroma de las flores del campo, de los jardines; un paseo a media tarde acompañado de alguien que te haga sonreír con el simple hecho de mirarte. Pero no te equivoques, es bastante embarazoso que un alma persiga a otra que no le corresponda y se den situaciones de incómodos silencios y diálogos breves, tajantes y nefastos, que no llevan a ninguna parte.
Las personas buscan ser felices. Es cierto que quien no arriesga no gana, pero si sabes que te vas a llevar tortas hasta en el carné de identidad, no hace faltar darle muchas vueltas al coco para saber que hay que salir por algún callejón de ese pequeño tormento en el que te encuentras. Hay miles de maneras, que no se te meta entre ceja y ceja una que no te va llevar a nada bueno, dale un giro a la situación. Te sentirás mejor.

jueves, 17 de marzo de 2011

El nombre del viento

"Quizá la mayor facultad que tiene nuestra mente sea la capacidad de sobrellevar el dolor. El pensamiento clásico nos enseña las cuatro puertas de la mente, por las que cada uno pasa según sus necesidades.
La primera es la puerta del sueño. El sueño nos ofrece un refugio del mundo y de todo su dolor. El sueño marca el paso del tiempo y nos proporciona la distancia de las cosas que nos han hecho daño. Cuando una persona resulta herida, suele perder el conocimiento. Y cuando alguien recibe una noticia traumática, suele desvanecerse y desmayarse. Así es como la mente se protege del dolor: pasando por la primera puerta.
 La segunda es la puerta del olvido. Algunas heridas son demasiado profundas para curarse, o para curarse deprisa. Además, muchos recuerdos son dolorosos, y no hay curación posible. El dicho de que 'el tiempo todo lo cura' es falso. El tiempo cura la mayoría de las heridas.  El resto están escondidas detrás de esa puerta.
La tercera es la puerta de la locura. A veces, la mente recibe un golpe tan brutal que se esconde detrás de la demencia. Puede parecer que eso no sea beneficioso, pero lo es. A veces, la realidad es solo dolor, y para huir de ese dolor, la mente tiene que abandonar la realidad.
La última puerta es la de la muerte. El último recurso. Después de morir, nada puede hacernos daño, o eso nos han enseñado." 
Esta es la parte de El nombre del viento que más me ha llamado la atención. El libro en sí es extraordinario: la historia es fascinante y la forma de contarla magistral. Un libro que mezcla magia y realidad, objetividad y subjetividad; todo entremezclado creando una aventura jamás conocida. La única pega que le pongo es que al ser el primer libro de una trilogía la historia no queda cerrada, que es lo que ahora mismo más ansío... el libro engancha bastante.
Magnífico Patrick Routhfuss.